En el universo ficticio de la saga de libros Harry Potter de J. K. Rowling., la Varita de Saúco, Vara Letal o Varita del Destino, es una de las tres Reliquias de la Muerte que, según la leyenda, le pide el mayor de los hermanos Peverell, Antioch, a la Muerte, esta se menciona en el ultimo libro de la saga.
De acuerdo al libro séptimo La Varita de Saúco ha sido buscada por años por su magnífico poder, la precede una larga historia de crímenes y grandes magos. Para que la Vara de Saúco pasase de un mago a otro, tendría que ser arrebatada desarmando a su anterior poseedor. La mayoría de sus dueños, alardeantes de tener la Varita más poderosa, eran asesinados por otros magos que querían obtener la vara. El camino de la Varita de Saúco se pierde en la historia, y su último poseedor antes que Voldemort la consiga profanando la tumba de Albus Dumbledore (El también poseedor de la Varita de Saúco) fue Harry Potter al tomar de la mano las varitas de Draco Malfoy en la mansion de los Malfoy.
Albus Dumbledore se la arrebató en su famoso duelo a Gellert Grindelwald. Tras su muerte, Voldemort (Tom Marvolo Riddle, o en algunas versiones españolas, Tom Sorvolo Ryddle) profanó su tumba, ya que buscaba una nueva varita al enterarse de la conexión entre su anterior varita y la de Harry Potter. Esta varita, según la Fábula de los Tres Hermanos, uno de los cuentos infantiles de Beedle el Bardo (regalado por Dumbledore a Hermione en su testamento, escrito en runas), era una de las tres Reliquias de la Muerte, junto con la Piedra de la Resurrección (escondida dentro de la snitch dorada que Dumbledore también dejó en el testamento a Harry) y la Capa de la Invisibilidad que pertenecía a Harry por ser uno de los descendientes de los Peverell. Según el cuento, éstas fueron regaladas a los Peverell, de parte de la mismísima Muerte, por haberla derrotado. El mayor de los hermanos, que era el más codicioso, pidió una varita invencible, la cual la Muerte creó arrancando una rama de un árbol de saúco; al llegar a su pueblo, retó a duelo a un enemigo suyo, a quien asesinó. Luego, mientras dormía, un hombre que se había enterado de su suerte, le cortó el cuello, así empezando el legado de sangre que esta varita dejó a través de las páginas de la historia mágica.
Según los que creen en que las Reliquias existen, quien posea a las tres será el Señor de la Muerte, según la leyenda. Es probable que Voldemort no haya sabido siquiera que es una Reliquia de la Muerte al buscarla. La Varita de Saúco (o Vara Letal o Vara del Destino) era representada con una línea vertical dentro del símbolo de las Reliquias de la Muerte.
Cuando el Señor Tenebroso secuestra a Ollivander, el fabricante de varitas, y le pregunta por qué no pudo matar a Harry en el cementerio de Pequeño Hangleton él le habló sobre la conexión de núcleos centrales gemelos de las varitas de Voldemort y Harry, ya que las dos tenían una pluma del mismo fénix. Ollivander le dijo a Voldemort que para solucionar ese problema debía tomar prestada otra varita. Lord Voldemort le pide su varita a Lucius Malfoy, pero cuando el Señor Oscuro intenta asesinar a Harry en su traslado desde el número 4 de Privet Drive hasta la casa de los padres de Tonks, la varita de Harry actúa por sí sola y ataca a Voldemort, rompiendo la vara de Lucius. Entonces Voldemort decide buscar no una varita nueva, sino una varita vieja, viejísima. Éste se entera a través de Ollivander, al que le aplica el maleficio Cruciatus, que Gregorovitch, otro fabricante de varitas (que le vendió la varita a Viktor Krum), alardeaba con tener la Vara de Saúco. Voldemort busca a Gregorovitch, pero éste le dice se la habían robado hace muchos años, y Voldemort, sin creerle, entra en su mente y ve la imagen de un joven risueño que escapa por una ventana al tiempo que le lanzaba un encantamiento aturdidor. El Señor Tenebros busca ansiosamente la identidad del ladrón, hasta que a Harry, en una pelea con Nagini en el Valle de Godric, se le cae una foto de éste. Voldemort, quien encuentra la foto, se da cuenta que el ladrón es Gellert Grindelwald, un mago tenebroso al que Dumbledore venció en 1945. Busca a Grindelwald en la torre más alta de Nurmengard (una cárcel que él mismo había hecho construir para encarcelar a todo aquel que se le oponía, y en la cual en su entrada rezaba: "Por el bien de todos") éste le dice que nunca la tuvo, en su último intento de redención por haber hecho las cosas que hizo en su época de maldad. Pero Voldemort, conocedor del duelo entre Grindelwald y Dumbledore, lo asesina. Voldemort va a Hogwarts y profanando la tumba de Albus Dumbledore, la abre por la mitad. Allí la encuentra, Dumbledore con sus manos cruzadas teniendo la Vara de Saúco.
Voldemort asesina a Snape pensando que la vara no le funcionaba como debía pensando que la vara quería a Severus por haber matado a Dumbledore. Sin embargo, mató a la persona equivocada, ya que Draco Malfoy había desarmado a Albus Dumbledore antes que Snape lo asesinara en la torre de Astronomía, convirtiéndose en su dueño. Cuando Harry fue capturado por los Carroñeros y llevado a la mansión Malfoy junto con Ron y Hermione, Harry logra vencer a Malfoy, reconociéndolo la Vara de Saúco (en ese momento estaba en manos de Albus Dumbledore dentro de su tumba) como su dueño. Al intentar Voldemort en su enfrentamiento final con Harry lanzarle la maldición asesina Avada Kedavra, la Vara de Saúco, incapaz de atacar a su dueño legítimo, rebota contra el mismo Voldemort, quitándole la vida. Harry decide arreglar su propia varita (de núcleo de pluma de fénix, que se había roto en un encuentro con Nagini en el Valle de Godric) con la Vara de Saúco y devolverla al lugar que le pertenece (la tumba de Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore)
Wikipedia: Varita de Saúco
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