jueves, 14 de julio de 2011

Crítica de Harry Potter y las Reliquias de la Muerte, parte 2

Parece que fue ayer cuando se estreno la primera película de Harry Potter, la Piedra Filosofal. Han pasado 10 años, 8 películas y 4 directores de cine y un magnífico reparto. Y finalmente todo se acaba.

Si la primera parte de las Reliquias estaba más orientada al suspense, esta segunda parte está más dirigida hacia la acción y el desenlace de la historia.

Harry, Hermione y Ron continuan con la búsqueda y destrucción de los Horrocruxes, elementos mágicos que encierran parte del alma de Lord Voldemort. Ya solo quedan 3, pero ha habido varias bajas en el bando de los buenos y además Voldemort posee ya una de las 3 reliquias: la varita de Elder.

Lord Voldemort y sus Mortífagos se preparan para dar el golpe final a Hogwarts, y atacarla con un ejército de carroñeros, trolles y arañas gigantescas. Quieren dominar el mundo mágico y también el de los Muggles.

Harry Potter 8 es un gran espectáculo de 130 minutos que se pasan volando. Si en las otras películas los acontecimientos principales solían ocurrir al final, aquí ocurren de principio a fin, manteniendo siempre la emoción. Combates con varitas mágicas, persecuciones, y también momentos de humor y románticos.

Por lo demás, en esta película se puede decir que destaca el personaje de Neville Longbottom (Matthew Lewis), que hasta ahora desempeñaba un papel discreto en la historia y en esta película tiene sus grandes momentos.

Grandes efectos especiales, escenas épicas y una magnífica banda sonora para esta película que además se estrena en 3D. Las tres dimensiones funcionan bien porque se utilizan desde el punto de vista de la historia y de los personajes. Añaden una gran profundidad visual a algunas escenas.

Un gran broche final para esta gran saga de películas.

Siempre nos quedará Hogwarts... y los DVDs

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